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“Libertad, sentía una libertad absoluta.

El aire en la cara, la velocidad, la capacidad de ir a donde quería y cuando quería.

Mi primera bicicleta representó para mí sentirme independiente por primera vez. Era un niño sí, pero con mi bici roja  tenía el poder de decidir qué hacía.

Eso que sentí hace más de 30 años, sigue pasando cada día, cuando cojo mi bici y por eso fundé CYCLOS para que personas como yo vuelvan a recuperar las emociones de su infancia en su día a día.”

Este texto podría ser la historia de una marca de bicicletas. Un fundador que recuerda la emoción de las primeras veces, aquello que le hacía sentir su primera bicicleta y que quiere hacer que sientan sus actuales clientes.  

Claro que también podría decidir explicar cuánto pesa su modelo estrella y qué modelo de cambio de velocidades incorpora, pero eso lo puede hacer cualquiera.

En un mundo en el que para cada categoría de productos hay cientos, si no miles, de propuestas que apenas se diferencian entre sí en lo funcional, poder explicar algo que resuene en las tripas de los posibles clientes es lo que hace que una propuesta sea realmente diferencial.

Las historias de marca son un elemento destacado en la comunicación de cualquier organización, y saber utilizarlas es una herramienta importantísima de diferenciación. No solo para explicar quiénes somos en la historia central de la marca, sino para que esa historia se desarrolle y crezca en todos los canales en los que la marca tenga presencia.

Cualquier empresa puede –debe– trabajar su storytelling, todas tienen su historia, todas tienen propósito, así que sobre todas existe la capacidad de narrar y de utilizar esa narración para emocionar a los clientes, para enamorarlos.

Pero,¿de verdad sirve?

Las historias son una manera excepcional de crear relaciones entre las marcas y los clientes por varias razones.

Primero, explican quién es la marca, es decir, nos ayudan a posicionarla en la mente de los posibles clientes. Es la parte más operativa de la narración en la cual damos respuesta a ¿qué hace la marca?, ¿por qué lo hace? O incluso ¿en qué cree?

Esta parte de la narración se centra mucho en el producto o en el servicio, y en cierta manera es la que más se mira al propio ombligo. Y esa mirada hacia nosotros no será negativa siempre que sea para explicar qué vamos a hacer por nuestros clientes.

En segundo lugar, las historias sirven para generar conexiones emocionales, más allá de quién es la marca. A través de una historia –y eso es un punto clave–, la marca puede generar emociones en los consumidores y, por eso, es necesario entenderlos y tener claro qué emociones queremos generar en ellos.

En el caso del ejemplo, quien alguna vez haya sentido algo parecido montando en bici, sentirá que la marca le entiende, le conoce y generará conexiones con ella.

Tercero, y como decíamos antes, sirve para ser diferentes, para destacar de la competencia. No queremos ser la bicicleta más ligera, o no solo la bicicleta más ligera, sino la bicicleta que te recuerda cómo te sentías cuando eras pequeño. En la ligereza de la bicicleta será más difícil competir, pero en el ámbito de la historia, de la emoción, seremos únicos.  

Además, uniendo estás tres cosas lo que estaremos construyendo es que la marca sea realmente una marca, no solo un logo que señale un determinado producto o servicio. Tendremos un contenedor de significados de historias de consumidores sumadas a esa historia de marca, algo a lo que los clientes se sentirán unidos.

Marcos Guillen Meijide

Marcos Guillen Meijide

Co-founder, co-creator | Brand Strategist

Yo no lo recuerdo, pero me cuentan que, de pequeño, antes de saber leer, era capaz de reconocer las marcas por sus logos.

Quizás por eso los últimos  veinte años me he dedicado a trabajar para crear relaciones entre marcas y consumidores.

Marcos Guillen Meijide

Marcos Guillen Meijide

Co-founder, co-creator | Brand Strategist

Yo no lo recuerdo, pero me cuentan que, de pequeño, antes de saber leer, era capaz de reconocer las marcas por sus logos.

Quizás por eso los últimos  veinte años me he dedicado a trabajar para crear relaciones entre marcas y consumidores.